En este libro bordado, las imágenes de Guamán Poma son recuperadas y desfiguradas, entretejiendo la verdad y la ficción. A primera vista, parecen fragmentos históricos, pero cada hilo rojo que las interviene revela un acto de sabotaje narrativo. Los bordes se expanden hacia el caos, donde el reverso de la obra traiciona cualquier intento de orden, creando abstracciones que simulan el colapso de estructuras. Como un falso documento, "Crónicas Bordadas" se presenta como un eco del pasado que, en realidad, critica al presente. Las heridas abiertas en la tela recuerdan que la historia no es un relato cerrado, sino un campo de batalla simbólico donde las ausencias y los silencios cobran cuerpo. Este proyecto convierte el bordado en un acto arqueológico y subversivo: desmontar los cimientos de un discurso para construir, puntada a puntada, una nueva posibilidad narrativa.   ​