En Deshistorizar se busca crear un diálogo visual entre los dos sucesos más violentos que han definido la historia del Perú: la conquista y el terrorismo. A través de la técnica del collage digital busco poner en un mismo plano imágenes de estas dos situaciones históricas que han definido la manera en que se construye y se reproduce la identidad peruana. Por un lado imágenes de la escuela cusqueña en las que se pueden observar los mecanismos de la conquista cultural y por otro, las fotografías de la época del terrorismo.

Ambos sucesos representan una fractura insuperable, una fragmentación a todo nivel que ha impedido la creación de un ciudadano peruano y de una colectividad que funcione en torno a él. Hasta cierto punto seguimos siendo un virreinato silencioso, en donde los poderes políticos y religiosos se inclinan en favor de determinada clase social y en detrimento de las demás.

Y es esta fractura en donde se instalan las imágenes del proyecto, que busca crear una comparación, a veces cruda y a veces irónica, entre las imágenes sacras con que el hispanismo y el catolicismo desarrollaron su conquista cultural, y las imágenes fotográficas de la violencia política.  A pesar de que el poder quiera hacernos creer que todo ha sido superado y estamos en una fase de reconciliación, debemos ser conscientes de que la violencia sigue estando entre nosotros. Barroco y violencia, santos y fosas comunes resultan ser parte de un mismo plano y coexisten de manera simbólica en el imaginario de todos los peruanos.